Octava Enseñanza
En el Purgatorio se conoce y se está en la Verdad
Marzo 11, 1900. V3.
Encuentro con un alma del purgatorio.
“Continúa casi siempre lo mismo. Esta mañana veía al buen Jesús más afligido que de costumbre, amenazando con una mortandad de gente, y veía en ciertos lugares que muchos morían.
Después he pasado por el purgatorio y reconociendo a una amiga difunta le preguntaba varias cosas sobre mi estado, especialmente si es Voluntad de Dios este estado, si es verdad que es Jesús el que viene, o bien el demonio, porque le decía:
“Como tú te encuentras delante de la Verdad y conoces con claridad las cosas, sin que te puedas engañar, puedes decirme la verdad acerca de mis circunstancias.”
Y ella me ha dicho:
“No temas, tu estado es Voluntad de Dios y Jesús te ama mucho, por eso se manifiesta a ti.”
Y yo, diciéndole algunas de mis dudas, le he pedido que viera ante la luz de la Verdad si eran verdaderas o falsas y me hiciera la caridad de venírmelo a decir, y que si esto hacía, yo en recompensa le mandaría celebrar una misa en sufragio, y ella ha agregado:
“Si lo quiere el Señor, porque nosotros estamos tan inmersos en Dios, que no podemos ni siquiera mover las pestañas si no concurre Él; nosotros habitamos en Dios como una persona que habitara en otro cuerpo, que tanto puede pensar, hablar, ver, obrar, caminar, por cuanto le viene dado por aquel cuerpo que la circunda por fuera, porque en nosotros no es como en vosotros que tenéis el libre albedrío, la propia voluntad; para nosotros toda voluntad ha terminado, nuestra voluntad es sólo la Voluntad de Dios, de Ella vivimos, en Ella encontramos todo nuestro contento y Ella forma todo nuestro bien y nuestra gloria.”
Y mostrando un contento indecible por esta Voluntad de Dios, nos hemos separado”.
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