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ORACIONES DEL CENACULO


ORACIONES INICIALES

1 – En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

2- VENI, Creator Spiritus,
Mentes tuórum vísita,
Imple supérna grátia,
Quae Tu creásti péctora.

- Ven, Espíritu Santo creador,
a visitar nuestro corazón, 
repleta con tu gracia viva y celestial,
nuestras almas que tú creaste por amor.

Qui díceris Paráclitus,
Altíssimi dónum Déi,
Fons vivus, Ignis, Cáritas,
Et spiritális únctio.

- Tú que eres llamado consolador,
don del Dios altísimo y Señor, 
vertiente viva, fuego, que es la caridad,
y también espiritual y divina unción.

Tu septifórmis múnere,
Dígitus patérnae déxterae,
Tu rite promíssum Patris
Sermóne ditans gúttura.

- En cada sacramento te nos das, 
dedo de la diestra paternal,
eres tu la promesa que el Padre nos dío,
con tu palabra enriqueces nuestro cantar. 

Accénde lumen sénsibus,
Infúnde amórem córdibus;
Infírma nostri córporis,
Virtúte firmans pérpeti.

- Nuestros sentidos has de iluminar, 
los corazones enamorar, 
y nuestro cuerpo, presa de la tentación,
con tu fuerza continua has de afirmar.

Hostem repéllas longius,
Pacémque dones prótinus;
Ductóre sic Te prévio,
Vitémus omne nóxium.

- Lejos al enemigo rechazad, 
tú paz danos pronto, sin tardar, 
y siendo tú nuestro buen guía y conductor, 
evitemos así toda sombra de mal.

Per Te sciámus da Patrem,
Noscámus atque Fílium,
Teque utriúsque Spíritum,
Credámus omni témpore.

- Concédenos al Padre conocer,
a Jesús, su Hijo comprender
y a ti, Espíritu de ambos por amor, 
te creamos con ardiente y sólida fe.

Deo Patri sit glória,
Et Fílio, qui a mórtuis
Surréxit, ac Paráclito,
In saeculórum saécula.  Amén.

- Al Padre demos gloria, pues es Dios, 
a su Hijo que resucitó, 
y también al Espíritu consolador 
por todos los siglos de los siglos, honor. Amén.

V: Emitte Spíritum tuum et creabúntur.
T: Et renovábis fáciem terrae.

- V. Envía, Señor, tu Espíritu para darnos nueva vida.
  T. Y se renovará la faz de la tierra.

Oremus: 

Deus, qui corda fidelium Sancti Spíritus
ilustratione docuisti, da nobis in eodum 
Spíritu recta sápere, et de ejus semper 
consolatione gaudere.
Per Chrístum Dóminum nostrum. Amen.

Oremos: 
- Oh Dios, que has iluminado los corazones 
de tus fieles con las luces del Espíritu Santo, 
concédenos juzgar y seguir rectamente según 
el mismo Espíritu y gozar siempre de sus consolaciones.  
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

3- Invocación a la Divina Voluntad
Somos nada, Dios es todo, Padre te amamos;
Continúa Divina Voluntad
• pensando en nuestras mentes;
• circulando en nuestra sangre;
• mirando en nuestros ojos;
• escuchando en nuestros oídos;
• hablando en nuestras bocas;
• respirando en nuestros respiros;
• palpitando en nuestros corazones;
• moviéndote en nuestros movimientos;
• sufriendo en nuestros sufrimientos y nuestras almas unidas a tu Voluntad sean los crucifijos vivientes inmolados para la gloria del Padre;
• orando en nosotros, y después ofrécete a ti mismo esta oración como nuestra para satisfacerte por las oraciones de todos y para darle al Padre la Gloria que deberían darle todas las criaturas. Amén

4- Santo Rosario
a- Acto de Contrición
Dios mío, perdóname; yo tuve la osadía de ofenderte y de rebelarme contra ti, en el mismo instante en que tú me amabas.
Me arrepiento de todo Corazón de haberte ofendido.
Te ruego, te suplico que me concedas tu amargura, a fin de poder dolerme con ese mismo dolor con el que tú te doliste por mis pecados; dolor tan grande e intenso que te hizo sudar sangre.
Madre Celestial, alcánzame de tu Jesús  el suspirado perdón.
Yo propongo y prometo del modo más enérgico y absoluto nunca más volver a pecar. Amén.

b- Misterio.  Se escucha y se medita la lectura del misterio tomada del Libro de Oraciones de la DV haciendo  silencio por un momento luego de la lectura.
 Padre Nuestro, Diez “Ave María” y Gloria

f- Oración. Dulce Jesús mío, unido estrechamente a ti quiero darte el testimonio de mi amor, de mi agradecimiento y de todo lo que la criatura tiene el deber de hacer para contigo, por haber tú creado a nuestra Reina y Madre Inmaculada; la más bella, la más santa, un portento de la gracia, por haberla enriquecido de todos los dones y también por haberla hecho Madre nuestra.

Esto lo hago a nombre de todas las criaturas pasadas, presentes y futuras; quiero tomar cada acto de criatura, cada palabra, cada pensamiento, cada latido y cada paso, y en cada uno de ellos decirte que te amo, te doy gracias, te bendigo, te adoro, por todo lo que has obrado en mi Madre Celestial y Madre tuya.

5- Lectura o Escucha de conferencias.

6- Compartir lo meditado personalmente de lo leído o escuchado en la semana o mes.  En el caso del cenáculo que corresponda al Catecismo, lo que se haya meditado personalmente durante el mes.

7- Alabanzas. En dos coros cada estrofa; alternada,  pausada y meditativamente – pausas para releer mentalmente al final del Himno, al final de cada Salmo, al final de la Oración.  

Nota: Alabanzas solo se rezan cuando el numeral 5 corresponda a lectura.  Cuando ese numeral corresponda a audio, no hay Alabanzas.

8- ORACIONES FINALES
• Oración.  
Venid Santos Ángeles, 
tocad la frente de quienes leen los escritos
de la Sierva de Dios Luisa Piccarreta, 
para sellar en sus frentes el Espíritu Santo,
y así infundir en ellos la luz para que puedan comprender las verdades y el bien que estos escritos contienen.
Luz de la sabiduría eterna, revélanos el gran misterio de Dios Padre y del Hijo unidos en un solo amor. Amén.

Oración. 

 Ofrecimiento de la propia voluntad
 a la Voluntad de Dios.  
Dulce Jesús  mío, quiero morir en tu Voluntad. Uno mi agonía y la de todos lo hombres a la tuya, y tu agonía sea mi fuerza, mi luz, mi defensa y la dulce sonrisa de tu perdón.

Mi último suspiro lo pongo en el último respiro que diste por mí en la cruz para que pueda presentarme ante ti con los méritos de tu misma muerte.

Ah, Jesús mío, ábreme el cielo y ven a mi encuentro a recibirme con aquel mismo amor con el cual te recibió tu Padre, cuando exhalaste sobre la cruz tu último respiro.

Luego, llévame al cielo entre tus brazos, y yo te besaré y me deleitare de Tí eternamente.

Madre mía, ángeles y santos, vengan a asistirme como asistieron a la muerte de Jesús, ayúdenme, defiéndanme y llévenme al cielo. Así sea.


y Santísima Trinidad Padre, Hijo y 
Espíritu Santo. Te Alabamos y te damos
gracias por el don de la santidad de tu sierva fiel Luisa Piccarreta.

Ella vivió !oh, Padre!, en tu Divina Voluntad conformándose, bajo la acción de Espíritu Santo, a tu Hijo obediente hasta la muerte de cruz, 
víctima y hostia agradable a ti cooperando con la obra de la redención del género humano.

Sus virtudes de obediencia y humildad,
de sumo amor a Cristo y a la Iglesia,
nos inducen a pedirte el don de su
glorificación sobre la tierra,
para que resplandezca ante todos tu Gloria,
y tu Reino de verdad, de justicia y de amor
se difunda hasta los confines de la tierra
con el particular carisma del
Fiat Voluntas tua sicut in caelo et in terra.

Recurrimos a sus méritos para obtener de ti,
Santísima Trinidad, la gracia particular que te
 pedimos (aquí se pide la gracia............) 
con la intención de cumplir tu Divina Voluntad.
R. Amén.

Tres Gloria al Padre, Un Padre Nuestro.

Reina de los santos, ruega por nosotros.

Trani, 29 ottobre 2005

S.E Monseñor Juan Bautista
Arzobispo de TRANI - BARLETTA - BISCEGLIE. TITULAR de NAZARETH

9- Canto final a la Santísima Virgen María. 
(se canta sólo aquel que corresponda de acuerdo con el calendario litúrgico)

Alma Redemptoris Mater
(Del Adviento al Bautismo del Señor)

Alma Redemptoris Mater,
quae pérvia caeli porta manes,
et Stella maris,

sucurre candenti súrgere qui curat pópulo:
tu quae genuisti, natura mirante,
tuum sanctus Genitorem:

Virgo prius ac postérius,
Gabrielis ab ore sumen illud Ave,
peccatorum miserere.

Ave Regina Caelorum
(Del Bautismo del Señor al Miércoles Santo)

Ave, Regina caelorum,
Ave, Dómina Angélorum:
Salve radix, salve porta,
ex qua mundo lux es orta:

Gaude Virgo gloriosa,
super omnes speciosa:
Vale, o valde decora,
et pro nobis Christum exora.

Regina Caeli
(Del Miércoles Santo a Pentecostés)

Regina caeli laetare, alleluia:
Quia quem meriusti portare, alleluia.
Resurrexit, sicut dixit, alleluia:
Ora pro nobis Deum, alleluia.

V: Gaude et letaere Virgo Sacrata, alleluia.
T: Quia surrexit Dóminus vere, alleluia.

Sálve Regina
(De Pentecostés al Adviento)

Sálve Regína, Máter misericórdiae;
Vita, dulcédo, et spes nóstra, sálve.
Ad te clamámus, éxsules, fílii Evae.
Ad te suspirámus, geméntes et fléntes
in hac lacrimárum válle.

Eia ergo, advocáta nóstra,
Illos túos misericórdes óculos ad nos convérte.

Et Jésum, benedíctum frúctum véntris túi,
Nobis post hoc exsílium osténde.

O clémens, O pía, O dúlcis Vírgo María.

* CÁNTICOS EN ESPAÑOL *

Salve Regina



(De Pentecostés al Adviento)

Dios te salve, Reina y Madre, Madre de misericordia; vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti clamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. ¡Ea, pues, Señora, abogada nuestra! Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente! ¡Oh Piadosa! ¡Oh dulce Virgen María!

Alma Redemptoris Mater

(Del Adviento al Bautismo del Señor)

Augusta Madre del Redentor, que del cielo siempre puerta abierta eres, y estrella del mar, socorre a tu pueblo caído, que anhela resucitar; tú que generaste, con maravilla de la naturaleza, a tu santo Creador, Virgen antes y después, que de la boca de Gabriel
acogiste aquel saludo, ten piedad de los pecadores.

Ave Regina Caelorum

(Del Bautismo del Señor al Miércoles Santo)

Salve, Reina del cielo, salve, Señora de los ángeles; salve, raíz, salve, oh puerta, de la cual la luz del mundo surgió; alégrate, Virgen gloriosa, graciosa entre todas las mujeres, salve, oh toda bella, y por nosotros a Cristo implora.

Regina Caeli

(Del Miércoles Santo a Pentecostés)

Alégrate, Reina del Cielo, aleluya.
Porque Aquél que mereciste llevar en tu seno, aleluya.
Ha resucitado según lo predijo, aleluya.
Ruega por nosotros a Dios, aleluya.
G. Gózate y alégrate Virgen María, aleluya.
T. Porque verdaderamente el Señor ha resucitado, aleluya.

10– Despedida.
G. En la Voluntad de Dios.
T.  Siempre.

11- En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

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