Segunda Enseñanza
Crear los Caminos para recibir los sufragios
Noviembre 3, 1926. V20.
Por cuantos actos hacemos en la Voluntad De Dios, tantos caminos preparamos para recibir Los Sufragios en El Purgatorio
“Continúo viviendo toda abandonada en la adorable Voluntad, y mientras rezaba pensaba entre mí: “Cuánto quisiera descender a la prisión de las almas purgantes para liberarlas a todas, y en la luz del Querer Eterno llevarlas todas a la patria celestial.”
Mientras estaba en esto, mi dulce Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:
“Hija mía, por cuanto más estuvieron sometidas a mi Voluntad las almas que han pasado a la otra vida, por cuantos más actos hicieron en Ella, tantos más caminos se formaron para recibir los sufragios de la tierra.
Así que por cuanto más hicieron mi Voluntad, formándose las vías de comunicación de los bienes que hay en mi Iglesia, y que me pertenecen, no hay camino que se hayan hecho que no les lleven, a quien un alivio, a quien una oración, a quien una disminución de penas.
Los sufragios caminan por estos caminos regios de mi Querer para llevar a cada una el mérito, el fruto y el capital que se han formado en mi Voluntad, por eso sin Ella no hay caminos ni medios para recibir los sufragios.
Si bien los sufragios y todo lo que hace la Iglesia descienden siempre al purgatorio, pero van a aquellos que se formaron los caminos, para los demás que no hicieron mi Voluntad los caminos están cerrados o bien, de hecho no existen, y si se salvaron es porque al menos en el punto de muerte reconocieron el supremo dominio de mi Querer, lo han adorado y se han sometido a Él, y este último acto los ha puesto a salvo, de otra manera no podrían ni siquiera salvarse.
Para quien ha hecho siempre mi Voluntad no existen caminos para el purgatorio, su camino es directo al Cielo; quien no en todo y siempre, pero en gran parte ha reconocido mi Querer y se ha sometido a Él, se ha formado tantos caminos y recibe tanto, que en seguida el purgatorio la envía al Cielo.
Ahora, así como las almas purgantes para recibir los sufragios debían haberse formado los caminos, así los vivientes, para mandar los sufragios deben hacer mi Voluntad para formarse los caminos y hacer llegar los sufragios al purgatorio; si hacen sufragios y de mi Voluntad están alejados, sus sufragios, faltando la comunicación de Ella, que es la única que une y vincula a todos, no encontrarán el camino para llegar, los pies para caminar, la fuerza para dar el alivio, serán sufragios sin vida, porque falta la verdadera Vida de mi Querer, que es el único que tiene virtud de dar vida a todos los bienes.
Por cuánto más de mi Voluntad posee el alma, tanto más valor contiene sus oraciones, sus obras, sus penas, así que más alivio puede llevar a esas almas benditas.
Yo mido y doy valor a todo lo que puede hacer el alma por cuanto de mi Voluntad posee, si en todos sus actos corre mi Querer, la medida que hago es grandísima, es más, no termino jamás de medir y le doy tal valor que no se puede calcular su peso; en cambio, si no se tiene tanto de mi Querer, la medida es escasa y el valor es de poca monta.
Y si no se tiene nada, por cuanto el alma haga, Yo no tengo qué medir ni qué valor dar, por lo tanto, si no tienen valor, ¿cómo pueden llevar el alivio a esas almas, que en el purgatorio no reconocen otra cosa, ni pueden recibir sino sólo lo que produce mi Fiat Eterno?
¿Pero sabes tú quién puede llevar todos los alivios, la luz que purifica, el amor que transforma? Quien en todo posee la Vida de mi Querer y Éste domina triunfante en ella, ésta ni siquiera tiene necesidad de caminos, porque poseyendo mi Voluntad tiene derecho a todos los caminos, puede ir a todos los puntos porque posee en sí misma el camino regio de mi Querer para ir a aquella cárcel profunda, para llevarles todos los alivios y las liberaciones.
Mucho más que al crear al hombre, Nosotros le dimos como su heredad especial nuestra Voluntad, y es reconocido por Nosotros todo lo que ha hecho en los confines de nuestra heredad, con la que lo dotamos, todo lo demás no es reconocido por Nosotros, no es cosa nuestra, ni podemos permitir que entre en el Cielo ninguna cosa que no haya sido hecha por las criaturas, o en nuestra Voluntad o al menos para cumplirla. Dado que la Creación salió del Fiat Eterno, nuestra Voluntad, celosa, no deja entrar ningún acto en la patria celestial que no haya pasado dentro de su mismo Fiat.
¡Oh, si todos conocieran qué significa Voluntad de Dios, y que todas las obras, tal vez aparentemente buenas pero vacías de Ella son obras vacías de luz, vacías de valor, vacías de vida, y en el Cielo no entran obras sin luz, sin valor y sin vida, oh, cómo estarían atentos a hacer en todo y para siempre mi Voluntad!”
Fuente: Padre, Oscar Darío Rodríguez Escobar
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