MISTERIOS DOLOROSOS
(Martes
y viernes)
Para dar junto con nuestra
madre dolorosa la correspondencia de amor a Jesús por el dolor de su pasión.
Afligida Mamá, es tan
grande el dolor entre tu Hijo y tu corazón de Madre que los hace inseparables
en la Divinidad y sentiste los dolores intensos de la agonía de Jesús en esta
hora de la pasión en el Huerto de Getsemaní, donde Jesús ha vivido las muertes
más profundas hasta sudar sangre, la opresión del completo abandono de todos.
PRIMER MISTERIO
LA ORACIÓN EN EL HUERTO
Angustiada Mamá, permíteme
consolarte aceptando y compartiendo las penas de mi Jesús, beber junto con mi
Jesús aunque sea una gota del cáliz de sus amarguras y asegurarte que no voy a
dejarlo solo en su agonía.
PADRE NUESTRO.....
1.
Para traerte consuelo en el Huerto mi Jesús te ofrezco a tu querida Madre
generosamente compartiendo contigo esta mortal agonía. Ave María...
2.
Te amo mi Jesús en las palabras que dirigiste a tus discípulos “Mi alma está
triste hasta la muerte, quédense aquí y velen conmigo” Ave María...
3.
Te amo mi Jesús, te compadezco por las palabras que dirigiste a tu Padre:
“Padre si es posible que pase de mi este Cáliz pero que no se haga como yo
quiero sino como lo quieres Tú”. Ave María...
4.
Te amo mi Jesús cuando volviste al lugar donde estaba Pedro, Santiago y Juan y
los encontraste dormidos y les dijiste: “Velen y oren para que no caigan en
tentación, porque el espíritu es pronto, pero la carne es débil”. Ave María...
5.
Te ofrezco todos los besos castos de tu Madre y los besos de todas las almas
por todos los siglos en reparación del traidor beso de Judas. Ave María...
6.
Pongo mi Te amo en tus amables palabras a Judas: “Amigo, ¿con qué propósito has
venido?” Ave
María...
7.
Te amo en tus palabras a Pedro: “vuelve tu espada a su sitio, porque todos los
que empuñen la espada, a espada perecerán”. Ave María...
8.
Te amo en tus Palabras YO SOY ante lo cual tus enemigos retrocedieron y cayeron
en tierra. Ave
María...
9.
Te amo y Te compadezco en la pena y soledad que sentiste cuando los apóstoles
temerosos se dispersaron cada uno por su lado dejándote solo. Ave María...
10.
Te amo mi Jesús por cuando te llevaron a casa del sumo sacerdote Caifás donde
estaban reunidos los judíos para juzgarte. Ave María...
* En
todo lo que padeciste y reparaste en tu agonía en el huerto de Getsemaní, Te
amo, Te adoro, Te agradezco, Te alabo y Te glorifico mientras oro. Gloria…
- Jesús, yo creo en tu amor por mí; hago mío a todo y a todos en tu
Voluntad porque te amo, y quiero amarte, alabarte, darte gracias, repararte y
compensarte por mí y por todos en tu Divina Voluntad, junto con María Santísima
y Luisa.
- María, Reina de la Divina Voluntad. Ruega por nosotros.
- Suprema Majestad, como tu pequeño niño, me pongo sobre tus rodillas
paternales, para ofrecerte todos los actos de la Divina Voluntad, encontrados
en este misterio, junto con todos mis actos de amor recíproco. Que, en nombre
de todas las criaturas, abracen estos actos tu misericordia, salvación y
santificación para todas las criaturas, para que muy pronto se extienda el
completo triunfo de la Divina Voluntad en mí y en todas las almas. Amén.
SEGUNDO MISTERIO
LA FLAGELACIÓN DE Jesús
Traspasada Mamá, tú te
flagelaste con tu Hijo Jesús, cada golpe que recibía era una nueva herida para
tu corazón. Mi Jesús quiso formar tantas llagas en su cuerpo para que sean
suficientes moradas para todas las almas, de modo de que en Él mismo
encontremos la Salvación.
Adolorida Mamá, permíteme
tomar a Jesús entre mis brazos para recibir cada golpe de flagelo que Él vivió
por mí y por todos, y repare junto con Él cada pecado, y que estos golpes
golpeen los corazones de las criaturas para que les hablen del más grande Amor
y las fuercen a rendirse al verdadero Amor.
PADRE NUESTRO…
1.
Te amo mi Jesús, en tu deseo de formar en tu cuerpo como tantas llagas para ser
suficientes moradas para todas las almas en el cielo de tu humanidad, de tal
manera que conformen su salvación. Ave María...
2.
Te amo Jesús en tu acto de hacer reparación mientras eras despojado de tus
vestiduras por tantos que se despojan de todo pudor, de candor y de inocencia,
que se desnudan de toda virtud y de tu Gracia. Ave María...
3.
Te amo en tu deseo de ser despojado incluso de tu carne y de tu sangre para
vestirnos nuevamente en la noble y real vestidura de tu Santísima Voluntad. Ave María...
4.
Pongo mi te amo Jesús en cada partícula de las sogas con que te amarraron apretadamente
para hacer de ellas un abrazo reconfortante. Ave María...
5.
Pongo mi te amo en la sangre que brotó en la punta de tus dedos por la fuerza
con que apretaron las sogas que amarraron tus brazos. Ave María...
6.
Pongo mi beso de amor en los crueles látigos que utilizaron a fin de darte un beso
de amor divino y eterno en cada azote. Ave María...
7.
Para curarlos pongo mi beso de reparación en cada una de las incontables
heridas abiertas en tu sagrado cuerpo. Ave María...
8.
Adoro y amo cada una de las gotas de sangre fluyendo tan profundamente de esas
heridas. Ave
María...
9. Adoro y amo los pedazos
de tu carne rasgada en la flagelación. Ave María...
10. Te amo y te compadezco
mi Jesús en la muerte que sientes por el dolor de ver a las almas condenadas en
los mismos pedazos de carne arrancados de ti, por eso yo grito junto contigo: ¡Que
no se pierdan las almas! Ave María...
* En
todos los actos de la flagelación Te amo, Te adoro, Te agradezco, Te alabo y Te
glorifico mientras oro. Gloria…
- Jesús, yo creo en tu amor por mí; hago mío a todo y a todos en tu
Voluntad porque te amo, y quiero amarte, alabarte, darte gracias, repararte y
compensarte por mí y por todos en tu Divina Voluntad, junto con María Santísima
y Luisa.
- María, Reina de la Divina Voluntad. Ruega por nosotros.
- Suprema Majestad, como tu pequeño niño, me pongo sobre tus rodillas
paternales, para ofrecerte todos los actos de la Divina Voluntad, encontrados
en este misterio, junto con todos mis actos de amor recíproco. Que, en nombre
de todas las criaturas, abracen estos actos tu misericordia, salvación y
santificación para todas las criaturas, para que muy pronto se extienda el
completo triunfo de la Divina Voluntad en mí y en todas las almas. Amén.
TERCER MISTERIO
LA CORONACIÓN DE ESPINAS
Madre Dolorosa, que penas
tan grandes sufres al ver a tu hijo chorrear su sangre de su Santísima Cabeza y
mi Jesús te comparte el dolor de cada espina que no solo punza Tu cabeza sino Tu
corazón para constituirse Rey de cada corazón.
Mamá Dolorosa, dame las
espinas de mi Jesús para que Jesús punce mi corazón en señal de que Él es mi
Rey y nada entre en mí. Dame la potencia para correr por todos los corazones y
punzándolos haz que salgan de ellos todos los humos de soberbia y la
podredumbre que contienen para constituirse Rey en todos.
PADRE NUESTRO…
1.
Te amo y Te adoro mi Jesús por sufrir voluntariamente por nosotros la cruel
coronación de espinas. Ave María...
2.
En las falsas y burlonas adoraciones que te ofrecen pongo el amor verdadero y
la adoración que todas las criaturas te deben. Ave María...
3.
En el carrizo vacío que te dan como cetro, coloco el natural sometimiento que
todas las criaturas te deben. Ave María...
4.
Dejo un manto real con mi te amo y te adoro para ponerlos sobre tus hombros y
protegerte del harapo mugroso que te dan burlonamente. Ave María...
5.
Coloco los besos y caricias de tu Santísima Madre en las cachetadas y
escupitajos con que te cubren la cara. Ave María...
6.
Coloco mi te amo en el silencio con que respondes a las violentas preguntas de
Pilatos al aparecer coronado de espinas ante él. Ave María...
7.
Te amo en las palabras que le dices: “No tendrías ante mi ningún poder si no se
te hubiera dado de lo alto”. Ave María...
8.
Te amo en tu labor de hacer reparación en este misterio por las injusticias de
los que mandan.
Ave María...
9.
Te amo y Te agradezco por enseñarnos en este misterio que solamente la virtud
es la que constituye al hombre como rey de sí mismo. Ave María...
10.
Te amo y Te agradezco por enseñarles a todos aquellos que gobiernan que la
virtud al recto saber es la única digna capaz de gobernar y regir a los demás. Ave María...
* En
todo lo que padeciste y reparaste con la coronación de espinas, Te amo, Te adoro, Te agradezco, Te
alabo y Te glorifico mientras oro. Gloria…
-
Jesús, yo creo en tu amor por mí; hago mío a todo y a todos
en tu Voluntad porque te amo, y quiero amarte, alabarte, darte gracias,
repararte y compensarte por mí y por todos en tu Divina Voluntad, junto con
María Santísima y Luisa.
-
María, Reina de la Divina Voluntad. Ruega por nosotros.
-
Suprema Majestad, como tu pequeño niño, me pongo sobre tus
rodillas paternales, para ofrecerte todos los actos de la Divina Voluntad,
encontrados en este misterio, junto con todos mis actos de amor recíproco. Que,
en nombre de todas las criaturas, abracen estos actos tu misericordia,
salvación y santificación para todas las criaturas, para que muy pronto se
extienda el completo triunfo de la Divina Voluntad en mí y en todas las almas.
Amén.
CUARTO MISTERIO
JESÚS CON LA CRUZ A
CUESTAS
Madre, fuente de amor al
tomar tu Hijo la Cruz en el camino del calvario tú vas en su búsqueda y sientes
sus penas, sientes en tu corazón el suyo lacerado, herido y por el común amor
que se tienen, quieres a toda costa verlo, abrazarlo pero los soldados lo
impiden, entonces Tú Mamá dolorosa lo que no haces con el cuerpo porque te ves
imposibilitada lo haces con el alma, y besas, reparas, curas y en todas sus
llagas derramas el bálsamo materno y doloroso amor.
Jesús, amor insaciable, yo
también me uno con la traspasada Mamá, hago mías tus penas en cada gota de tu
sangre y en cada una de tus llagas quiero hacerte de madre junto con Ella y
reparar por todos los que rechazan su cruz y se obstinan por su pecado.
PADRE NUESTRO…
1.
Coloco mi beso de amor y gratitud en cada astilla de la cruz para retornar los
besos que tú le das cuando la recibes. Ave María...
2.
Te amo y adoro tu invencible amor que te da fuerza para soportar la cruz
cargada con los pecados del mundo. Ave María...
3.
Te amo en el envío de la Gracia a Verónica impulsándola a ofrecerte
valientemente su velo. Ave María...
4.
Coloco mi te amo en cada fibra de su velo para darte mayor consuelo al
limpiarte el rostro. Ave María...
5.
Te amo Jesús en la compasión que sientes al encontrarte con las mujeres que
lloran por ti.
Ave María...
6.
Para consolarte te ofrezco todos tus verdaderos amigos alrededor de los siglos
fielmente cargando sus cruces diarias. Ave María...
7.
Para causarte el mayor consuelo te ofrezco los más profundos actos de adoración
de tu Madre, en los cuales Ella se funde en ti al encontrarte en la vía
dolorosa. Ave
María...
8.
Te amo Jesús en cada caída que tuviste camino al Calvario y me uno a las
reparaciones que ofreciste a tu Padre en cada una de ellas. Ave María...
9.
Te amo Jesús en la herida oculta de tu hombro por el peso de la cruz y hago
reparación por los pecados ocultos de la humanidad. Ave María...
10.
Te amo Jesús cuando habiendo llegado al Monte Calvario fuiste despojado de tus
vestiduras. Ave
María...
*
Por
todo lo que padeciste y reparaste con el Amor a la Cruz te doy mi Te amo, Te
adoro, Te agradezco, Te alabo y Te glorifico mientras oro. Gloria…
-
Jesús, yo creo en tu amor por mí; hago mío a todo y a todos
en tu Voluntad porque te amo, y quiero amarte, alabarte, darte gracias,
repararte y compensarte por mí y por todos en tu Divina Voluntad, junto con
María Santísima y Luisa.
-
María, Reina de la Divina Voluntad. Ruega por nosotros.
-
Suprema Majestad, como tu pequeño niño, me pongo sobre tus
rodillas paternales, para ofrecerte todos los actos de la Divina Voluntad,
encontrados en este misterio, junto con todos mis actos de amor recíproco. Que,
en nombre de todas las criaturas, abracen estos actos tu misericordia,
salvación y santificación para todas las criaturas, para que muy pronto se
extienda el completo triunfo de la Divina Voluntad en mí y en todas las almas. Amén.
QUINTO MISTERIO
CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DE
JESÚS
Crucificado Jesús,
continúas agonizando en la Cruz pero tu amor quiere dar cumplimiento a todo,
por eso también tu Madre agoniza y adora tus llagas sangrantes, tus miembros
lacerados y agradece por nuestra Redención. La traspasada Mamá ha sufrido
tantas muertes y penas en su Corazón Inmaculado por cuantas penas vio en su
Hijo y Dios: sus mismos vestidos están llenos de sangre que está derramada por
todo el Calvario.
Madre mía quiero tomar
junto contigo la Sangre de Jesús para derramarla a todos tus Hijos y si vemos
que hay almas a punto de caer en el infierno, démosles esta Sangre Divina que
contiene el precio de la Redención. Madre mía, permíteme ser sepultada junto a
mi Jesús para después resucitar con Él y con todo lo que es suyo.
PADRE NUESTRO…
1.
Presento a ti cada ofrenda de las divinas alabanzas en reparación por las
palabras blasfemas y llenas de odio que te son lanzadas. Ave María...
2.
Te amo y te compadezco mi Jesús en el dolor que sufres al traspasar los clavos
tus manos y tus pies. Ave María...
3.
Te amo y te compadezco en el dolor de tu respiración dificultosa. Ave María...
4.
Te amo y te compadezco en el dolor de tus músculos acalambrados y temblorosos. Ave María...
5.
Te amo y te compadezco en el dolor de tus alternantes escalofríos y fiebre. Ave María...
6.
Te amo y te compadezco en el dolor de tu inmensa sed provocada por la pérdida
de sangre. Ave
María...
7.
Te amo y te compadezco en el dolor de tu insaciable sed por las almas, pues
mientras mueres con atroces dolores todavía ves que no todas las almas se
incorporarán a ti. Ave María...
8.
Te amo y te compadezco en el dolor que sufres al ver que tus enormes dolores se
reflejan en el tierno corazón de tu Madre. Ave María...
9.
Te amo y te agradezco por las siete últimas palabras que dices desde la cruz
especialmente cuando señalando a Juan le dijiste a María: “Mujer ahí está tu
Hijo”, convirtiéndola así en Madre de toda la Humanidad. Ave María...
10.
Para traerte consuelo por todos estos dolores, te ofrezco el heroísmo, la
fidelidad y el amor valiente de tu Santa Madre al estar al pie de tu cruz. Ave María...
* En
todos los actos encontrados y padecidos en tu crucifixión Te amo, Te
adoro, Te agradezco, Te alabo y Te glorifico mientras oro. Gloria…
-
Jesús, yo creo en tu amor por mí; hago mío a todo y a todos
en tu Voluntad porque te amo, y quiero amarte, alabarte, darte gracias,
repararte y compensarte por mí y por todos en tu Divina Voluntad, junto con
María Santísima y Luisa.
-
María, Reina de la Divina Voluntad. Ruega por nosotros.
-
Suprema Majestad, como tu pequeño niño, me pongo sobre tus
rodillas paternales, para ofrecerte todos los actos de la Divina Voluntad,
encontrados en este misterio, junto con todos mis actos de amor recíproco. Que,
en nombre de todas las criaturas, abracen estos actos tu misericordia,
salvación y santificación para todas las criaturas, para que muy pronto se
extienda el completo triunfo de la Divina Voluntad en mí y en todas las almas.
Amén.
ORACIONES FINALES
Por las intenciones del
Santo Padre y para obtener la
indulgencia concedida al rezo del Santo Rosario:
Padre nuestro…
1.- Dios
te Salve María Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen purísima y castísima antes
del parto, en Tus manos encomendamos nuestra fe para que la ilumines, llena
eres de Gracia…
2.- Dios
te Salve María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen purísima y castísima en el
parto, en Tus manos encomendamos nuestra esperanza para que la alientes, llena
eres de Gracia…
3.- Dios
te Salve María Santísima, Esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen purísima y
castísima después del parto, en Tus manos ponemos nuestra caridad para que la
inflames, llena eres de Gracia…
4.- Dios
te Salve María Santísima, Templo, Trono y Sagrario de la Santísima Trinidad,
Virgen concebida sin la mancha del pecado original, desde el primer instante de
su ser natural. Amén.
Letanías
Señor, ten piedad de nosotros (se repite)
Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros
Cristo óyenos, R. Extiende Tu Reino.
Cristo escúchanos, R. Extiende Tu Reino.
Dios Padre celestial, R. Extiende Tu Reino.
Dios Hijo redentor del
mundo, R. Extiende Tu Reino.
Dios Espíritu Santo, R. Extiende Tu Reino.
Santísima Trinidad, que
eres un solo Dios, R. Extiende Tu Reino.
Santa María, R. Ruega por el Reino.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las
vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre virginal,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de la Iglesia,
Virgen prudentísima, R. Ruega por el Reino.
Virgen digna de
veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia, R. Ruega por el Reino.
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso insigne de devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores
Consuelo de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los ángeles, R. Ruega por el Reino..
Reina de los patriarcas,
Reina de los profetas,
Reina de los apóstoles,
Reina de los mártires,
Reina de los confesores,
Reina de las vírgenes,
Reina de todos los santos,
Reina concebida sin pecado
original,
Reina elevada al cielo,
Reina del santísimo
rosario,
Reina de las familias,
Reina de la paz,
Reina y Madre de la Divina Voluntad, R. Ruega por el Reino.
V. Cordero
de Dios que quitas el pecado del mundo,
R. perdónanos, Señor
V. Cordero
de Dios que quitas el pecado del mundo,
R. escúchanos, Señor
V. Cordero
de Dios que quitas el pecado del mundo,
R. ten piedad de nosotros.
Oración:
Padre mío Todopoderoso,
Majestad Suprema; por el mérito de la perfecta sumisión con la cual Jesús,
nuestro Salvador, acepta el cáliz de su Pasión; por la conformidad de su Divina
Madre a tu Voluntad Santa y por la perfecta obediencia de San José a todas tus órdenes:
concédenos la gracia de hacer todos nuestros actos, y hasta el último, en tu
Santísima, Justicia y Adorabilísima Voluntad, tal como se cumple en el cielo.
Amén.
Salve Regina:
Dios te salve, Reina y
Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A ti llamamos los
desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de
lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada
nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este
destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh, clementísima, oh
piadosa, oh dulce Virgen María!
(+) En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
CONSAGRACIÓN DE LA
PROPIA VOLUNTAD
A LA REINA DEL CIELO
Mamá dulcísima, heme aquí
́ ante los pies de vuestro trono postrada, soy tu pequeño hijo que quiero darte
todo mi amor filial, y como hijo tuyo quiero entrelazar todas las oraciones,
todas las jaculatorias, mis promesas que tantas veces he hecho, de no hacer
jamás mi voluntad, y formando corona quiero ponerla en tu seno como testimonio
de amor, de agradecimiento a mi Mamá.
Pero eso no basta, quiero
que la tomes entre tus manos como señal de que aceptas mi don, y el toque de
tus dedos maternos me la convierta en tantos soles, al menos por cuantas veces
he tratado de hacer la Voluntad Divina en mis pequeños actos.
¡Ah! sí Madre Reina, tu
hijo quiere darte los homenajes de luz y de soles fulgidísimos, sé que Tú
tienes muchos de estos soles, pero no son los soles de tu hijo, en cambio yo
quiero darte los míos, para decirte que te amo y para comprometerte a amarme.
Mamá Santa, Tú me sonríes
y con toda bondad aceptas mi regalo, y yo te agradezco de corazón, pero quiero
decirte tantas cosas, quiero encerrar en tu corazón materno mis penas, mis
temores, mis debilidades, todo mi ser como lugar de refugio, quiero consagrarte
mi voluntad.
¡Ah! Mamá mía, acéptala,
haz un triunfo de la gracia y un campo donde la Divina Voluntad extienda su
reino.
Ésta mi voluntad a ti
consagrada nos volverá ́ inseparables y nos tendrá ́ en continua relación, las
puertas del Cielo no se cerrarán para mí, porque habiéndote consagrado mi
voluntad, a cambio me darás la tuya, así ́ que, o la Mamá vendrá ́ a estarse con
su hija en la tierra, o la hija irá a vivir con su Mamá en el Cielo, ¡oh! cómo
seré́ feliz.
Escucha Mamá queridísima,
para hacer más solemne la consagración de mi voluntad a ti, llamo a la Trinidad
Sacrosanta, a todos los ángeles, a todos los santos, y ante todo protesto, y
con juramento, el hacer solemne consagración de mi voluntad a mi Mamá
celestial.
Y ahora Soberana Reina,
para concluir te pido tu santa bendición para mí y para todos, tu bendición sea
celestial rocío que descienda sobre los pecadores y los convierta, sobre los
afligidos y los consuele, descienda sobre el mundo entero y lo cambie al bien,
descienda sobre las almas del purgatorio y apague el fuego que las quema, tu
bendición materna sea prenda de salvación a todas las almas. Amén.
CONSAGRACIÓN A JESÚS REY
DEL UNIVERSO
¡Oh Jesús! Rey de Reyes,
Dios de bondad, de amor y de misericordia; yo adoro, amo, agradezco, glorifico,
tu Voluntad Santísima emanada de tu omnipotencia, guiada por tu sabiduría y
acompañada por tu bondad y tu amor. En todo lugar y en todo tiempo, sea en la
alegría, en el dolor, tu Santísima Voluntad y tu divino amor, sean las
estrellas que mire, la ley que me gobierne, el aire que respire, el latido de
mi corazón, la sustancia y la vida de mi vida.
Con esta finalidad, uno
todas mis oraciones y acciones a las tuyas, toda mi vida a la tuya, así mismo a
las de la Virgen Santísima, Madre tuya y Madre mía, a las de San José y a las
de todos los elegidos que ha habido y habrá, con todo el bien pasado y futuro,
que es posible en el cielo y en la tierra.
Yo consagro y dono todo yo
mismo cuanto soy, cuanto tengo, cuanto me pertenece, cuantos me son queridos,
mi vida, mi muerte, mi eternidad, todo lo que has creado y crearás a tu Supremo
Querer y a tu infinito amor y te pido ¡oh Sabiduría Increada! que me escribas
con caracteres indelebles en tu adorable Corazón, como hijo amoroso y celoso de
tu Divino Querer y de tu purísimo amor.
Cumplo este ofrecimiento y
donación en la potencia del Padre, en la sabiduría del Hijo y en la virtud del
Espíritu Santo, a nombre mío y a nombre de todas las criaturas para obtener el
advenimiento y expansión del Reino de la Divina Voluntad y de tu divino amor en
la tierra.
Haz ¡oh mi Señor! que toda
boca, y de todo corazón, como de un Sagrado Altar, se eleve continuamente al
Cielo la oración que Tú mismo por primero dirigiste al Padre: "Venga tu
Reino y hágase Tu Voluntad en la tierra como en el Cielo". Así sea. FIAT
FIAT SIEMPRE
Por fvor envien El Santo Rosario Meditado en Divina Voluntad: Los Misterios Gloriosos y Luminosos
ResponderEliminarBuenos días que tengo que hacer para tener acceso a los misterios luminoso glorioso y luminoso, meditados en Divina Voluntad
ResponderEliminarHola Porfavor los misterios Luminosos y Gloriosos
ResponderEliminar